Un lugar donde guardar los intentos de existir

viernes, 16 de septiembre de 2011

Pepito y su pelota

Pepito tenía una pelota, le chiflaba su pelota y lo que más le gustaba a Pepito era hincharla. Cada vez que se disponía a jugar con su pelota comprobaba antes la presión y la hinchaba siempre un poco más, estuviese la pelota como estuviese.

El padre de Pepito, el señor Pepe, solía reprenderle por tanto hinchar la pelota:

- ¡No la hinches tanto que la vas a romper! - le decía el señor Pepe
- Pero papá, ¡es que así bota más! - le contestaba Pepito
- ¡Que chico más terco! - era siempre lo que el señor Pepe soltaba mientras se iba desesperado.

Pues bien, a pesar de los esfuerzos de su padre, Pepito cada día hinchaba la pelota varias veces, y claro, la pelota botaba de manera cada vez más portentosa.

A lo largo de los años, tanto hincha que te hincha, la pelota ya no parecía una pelota ni nada, era un ovoide lleno de bultos, mucho más grande que una pelota normal, cuyos botes eran tan imprevisibles como descomunales!

Pepito intuía que su pelota se estaba debilitando debido al sobreestiramiento de su cubierta, tengamos en cuenta que Pepito llevaba años hinchándola, de hecho en su próximo cumpleaños Pepito cumplirá 53, el señor Pepe hace tiempo que nos dejó (sus últimas palabras fueron "¡mierda de pelota, Pepito!"), de manera que Pepito ya no es un chicuelo, sabe de la debilidad de su pelota. Pero aun así no es capaz de evitar el maniático acto de hincharla un poco más...

Pepito no llegó a cumplir esos 53 años, un día, tan normal como cualquier otro día, Pepito hinchó su pelota (había instalado en su casa un sistema como el de las gasolineras a tal efecto), comprobó al tacto su tersura y la lanzó con fuerza. La pelota botó, rebotó en el techo y al descender, justo a la altura de los ojos de Pepito, reventó, arrancándole la cabeza mientras estallaban todos los cristales de la casa.



Moraleja:
Es claro que Pepito era un pobre tonto, lo que no es tan claro es por qué, dándonos cuenta todos de tan grande estupidez, no dejamos nosotros de hinchar e hinchar el planeta cada día un poco más con este sistema económico y social absurdo (¡mierda de sistema, Pepito!). Lo mismo es que a fin de cuentas Pepito no era tan tonto...

lunes, 12 de septiembre de 2011

Nostalgia

Ya se acercan las fiestas patronales del pueblo donde vivo, que emocionantes se presentan los próximos dias...

Habrá fuegos de artificio, pasearán en sus carrozas las reinas de este año, jugarán los niños por la calle comiendo dulces y lanzando petardos y por supuesto habrá musica de orquesta y juerga hasta altas horas cada noche.
Pero lo que más pasiones levanta, lo realmente esperado son los denominados "encierros por el campo" (que ya de por sí tiene bemoles el nombre, un poco paradójico me concederan que es).
Los encierros por el campo consisten en soltar a un toro de lidia en la plaza, bueno un toro, o dos, o tres, o los que se tercien, desde donde correrá entre talanqueras hasta salir del pueblo. Ya una vez fuera del área urbanizada el animal podrá sentirse libre correteando por el campo como cuando era un chotillo.
Correrá, libre sí, pero no solo, porque detrás le seguirá una muchedumbre de personas subidas en coches (todoterrenos viejos y lo mas horteramente decorados posible que se tienen exclusivamente para estos días), así como quads, motos e incluso uno o dos tipos a caballo, que rodearán al astado, le gritarán, le incitarán, todo con la intención de que el toro embista y se de topetazos con los vehiculos para jolgorio y regocijo de los alli presentes.

Así suelen trascurrir los encierros por el campo, entre polvareda de cohes, claxones y gritos, y en medio un animal que, llegado el momento en que se detiene, exahusto, siempre hay algún alma caritativa que se apiada y le descerraja un tiro para su descanso eterno, ¿acaso puede haber algo mas emocionante?
Luego al bar, a comentarlo, entre botellines se cantarán los lances y hazañas de la mañana, para concluir, todos de acuerdo en la bravura del toro,con un admirado "Uffff, que bicho!".

Ya estará enchiquerado el primer toro para estas fiestas, esperando ignorante su momento de gloria, mientras los humanos dan una última mano de pintura al todoterreno para que mañana se le distinga bien entre el polvo de Castilla.

En fin, no se que tiene esta España nuestra que sin haber salido nunca de ella a veces siento nostalgia de mi tierra...